domingo, 24 de abril de 2016

El sistema respiratorio 
es el encargado de proporcionar el oxígeno que el cuerpo necesita y eliminar el dióxido de carbono o gas carbónico que se produce en todas las células a través del proceso llamado respiración.
La respiración es un proceso involuntario y automático, en que se extrae el oxígeno del aire inspirado y se expulsan los gases de desecho con el aire espirado. Los organos que forman parte del sistema respiratorio son: nariz, faringe, laringe, tráquea, bronquios, pulmones y diafragma.


 Proceso de respiración

Cuando respiramos, lo que estamos buscando es captar oxígeno, un gas que es esencial para que nuestras células puedan vivir y desarrollarse. El sistema respiratorio permite que el oxígeno entre en el cuerpo y que luego elimine el dióxido de carbono que es el gas residual que queda después que las células han usado el oxígeno.
 El aire ingresa a nuestro organismo a través de la inspiración y el CO2 (dióxido de carbono) es eliminado por la expiración.
Cuando el aire que inhalamos llega a los alvéolos, el oxígeno entra a la sangre a través de pequeños capilares localizados en las paredes de los alvéolos. Ahí es llevado al corazón desde donde es enviado a todo el resto del cuerpo. En sentido inverso el dióxido de carbono, que sale de las células del cuerpo, viaja por los capilares de vuelta al corazón que luego mandará esta sangre a los pulmones y se llevará a cabo el proceso contrario para que el CO2 pueda ser exhalado.
El aire se inhala por la nariz, donde se calienta y humedece. Las fosas nasales están conectadas con los senos paranasales o cavidades sinusales, unos espacios huecos del interior de algunos huesos de la cabeza que contribuyen a que el aire inspirado se caliente y humedezca.
Después el aire pasa a la faringe, sigue por la laringe y penetra en la tráquea. A la mitad de la altura del pecho, la tráquea se divide en dos bronquios que se dividen de nuevo, una y otra vez , en bronquios secundarios, terciarios y, finalmente, en unos 250.000 bronquiolos.
Al final de los bronquiolos se agrupan en racimos de alvéolos, pequeños sacos de aire, donde se realiza el intercambio de gases con la sangre.


 Órganos del sistema respiratorio

En el proceso de la respiración participan los siguientes órganos:
Nariz
Consiste en dos amplias cavidades cuya función es permitir la entrada del aire, el cual se humedece, filtra y calienta a una determinada temperatura a través de unas estructuras llamadas cornetes.
Faringe
Conducto muscular, membranoso que ayuda a que el aire se vierta hacia las vías aéreas inferiores.
Epiglotis

Tapa que impide que los alimentos entren en la laringe y en la tráquea al tragar. También marca el límite entre la orofaringe y la laringofaringe.
Laringe
Conducto cuya función principal es la filtración del aire inspirado. Además, permite el paso de aire hacia la tráquea y los pulmones y se cierra para no permitir el paso de comida durante la deglución si la propia no la ha deseado y tiene la función de órgano fonador, es decir, produce el sonido.
Tráquea
Brinda una vía abierta al aire inhalado y exhalado desde los pulmones.
Bronquio
Conduce el aire que va desde la tráquea hasta los bronquiolos.
Bronquiolo
Conduce el aire que va desde los bronquios pasando por los bronquiolos y terminando en los alvéolos.
Alvéolo
Hematosis (Permite el intercambio gaseoso, es decir, en su interior la sangre elimina el dióxido de carbono y recoge oxígeno).
Pulmones
La función de los pulmones es realizar el intercambio gaseoso con la sangre, por ello los alvéolos están en estrecho contacto con capilares.
Músculos intercostales
La función principal de los músculos respiratorios es la de movilizar un volumen de aire que sirva para, tras un intercambio gaseoso apropiado, aportar oxígeno a los diferentes tejidos.
Diafragma
Músculo estriado que separa la cavidad torácica (pulmones, mediastino, etc.) de la cavidad abdominal (intestinos, estómago, hígado, etc.). Interviene en la respiración, descendiendo la presión dentro de la cavidad torácica y aumentando el volumen durante la inhalación y aumentando la presión y disminuyendo el volumen durante la exhalación. Este proceso se lleva a cabo, principalmente, mediante la contracción y relajación del diafragma.

Laringe y la fonación:
La fonación es el trabajo muscular realizado para emitir sonidos inteligibles, es decir, para que exista la comunicación oral. El objetivo último de la fonación es la articulación de palabras, a través del proceso por el cual se modifica la corriente de aire procedente de los pulmones y la laringe en las cavidades supraglóticas como consecuencia de los cambios de volumen y de forma de estas cavidades.
El conjunto de las cavidades supraglóticas puede dividirse en tres partes: la faringe, la cavidad bucal y la cavidad nasal.
El sistema fonatorio se vincula con otros sistemas. La interacción de éstos es parte activa en la función fonatoria, que se regula por el sistema nervioso central y periférico.
 La idea de producir un sonido se origina en la corteza cerebral, en el área del lenguaje. La información para la realización del movimiento se transmite por diferentes nervios a la laringe. En cumplimiento de estas órdenes las CV se mueven, vibran y generan un sonido con la participación del aparato respiratorio. La resonancia de este sonido en el tracto vocal confiere al sonido las características percibidas por el oyente. Debido a la autoescucha y a la sensibilidad táctil, el orador o intérprete irán cambiando su tono de voz. Por tanto la voz se produce mediante el concurso de varios órganos que han de funcionar como una unidad funcional.
                                                                      
                                                     
     MECÁNICA RESPIRATORIA DURANTE LA FONACION.
   El hecho fundamental en la producción de la voz radica en el elemento valvular de la laringe, generador de sonidos de diferentes frecuencias, que está formado por las CV y las estructuras de las que depende su funcionamiento mecánico. La laringe regula minuciosamente la presión de cierre de las CV y su grado de apertura.


Diferenciación del sonido laríngeo.
   Para la diferenciación del sonido laríngeo una vez producido intervienen:
-    Los resonadores. En los cambios que se producen en los resonados el elemento fundamental es el velo del paladar que permite cambiar de sonido oral a sonido nasal.
 -    La lengua y los labios que producen los puntos de la articulación de la palabra.   El sonido o el conjunto de sonidos producidos por la CV al vibrar va a ser reforzado, o esculpido, por las cavidades de resonancia de la cara y completado por la corriente de aire que sale por la cavidad bucal, la cual puede salir incluso sin que se produzca emisión sonora laríngea.
   De esta forma se forman los sonidos más complejos de la palabra.


Yiliana Araúz 4-786-2253

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