sábado, 2 de abril de 2016

Relación entre el sistema linfático y el sistema digestivo


Estudiante: Joselim Calvo 4-783-2308
Profesor: Luis Ayarza

Sistema linfático 
Él es la estructura anatómica que transporta la linfa unidireccionalmente hacia el corazón, y es parte del aparato circulatorio. En el ser humano, está compuesto por los vasos linfáticos, los ganglios, los órganos linfáticos o linfoides (el bazo y el timo), los tejidos linfáticos (como la amígdala, las placas de Peyer y la médula ósea) y la linfa.1
El sistema linfático está considerado como parte del aparato circulatorio porque está formado por los vasos linfáticos, unos conductos cilíndricos parecidos a los vasos sanguíneos, que transportan un líquido llamado linfa, que proviene de la sangre, tiene una composición muy parecida a la de ésta y regresa a ella. Este sistema constituye por tanto la segunda red de transporte de líquidos corporales.
La linfa es un líquido transparente, de color un tanto blanquecino que recorre los vasos linfáticos y generalmente carece de pigmentos. Se produce tras el exceso de líquido que sale de los capilares sanguíneos al espacio intersticial o intercelular, siendo recogida por los capilares linfáticos, que drenan a vasos linfáticos más gruesos hasta converger en conductos (arterias) que se vacían en las venas subclavias.
El sistema linfático cumple cuatro funciones básicas:
·   El mantenimiento del equilibrio osmolar en el "tercer espacio".
· Contribuye de manera principal a formar y activar el sistema inmunitario (las defensas del organismo).
· Recolecta el quilo a partir del contenido intestinal, un producto que tiene un elevado contenido en grasas.
·  Controla la concentración de proteínas en el intersticio, el volumen del líquido intersticial y su presión.

El sistema digestivo 
es el conjunto de órganos encargados del proceso de la digestión, es decir, la transformación de los alimentos para que puedan ser absorbidos y utilizados por las células del organismo.1
La función que realiza es la de transporte (alimentos), secreción (jugos digestivos), absorción (nutrientes) y excreción (mediante el proceso de defecación).
El proceso de la digestión es el mismo en todos los animales monogástricos: transformar los glúcidoslípidos y proteínas en unidades más sencillas, gracias a las enzimas digestivas, para que puedan ser absorbidas y transportadas por la sangre.2
Desde la boca hasta el ano, el tubo digestivo mide unos once metros de longitud. En la boca empieza propiamente la digestión. Los dientes trituran los alimentos y las secreciones de las glándulas salivales los humedecen e inician su descomposición química transformándose en el bolo alimenticio. Luego, el bolo alimenticio cruza la faringe, sigue por el esófago y llega al estómago, una bolsa muscular de litro y medio de capacidad, en condiciones normales, cuya mucosa segrega el potente jugo gástrico, en el estómago, el alimento es agitado hasta convertirse en el quimo.
A la salida del estómago, el tubo digestivo se prolonga con el intestino delgado, de unos seis metros de largo, aunque muy replegado sobre sí mismo. En su primera porción o duodeno recibe secreciones de las glándulas intestinales, la bilis y los jugos del páncreas. Todas estas secreciones contienen una gran cantidad de enzimas que degradan los alimentos y los transforman en sustancias solubles simples como aminoácidos. El tubo digestivo continúa por el intestino grueso, de algo más de metro y medio de longitud. Su porción final es el recto, que termina en el ano, por donde se evacuan al exterior los restos indigeribles de los alimentos.

Relación entre el sistema linfático y el sistema digestivo:

Todos los aparatos internos se interrelacionan entre si y cada uno de ellos realiza una función específica:
  • El sistema digestivo degrada mecánica y químicamente los alimentos en nutrientes o principios nutritivos, el sistema linfático se encarga de transportar los nutrientes al torrente sanguíneo para q esta los leve a cada célula del cuerpo.


  • ·     El sistema linfático tiene una importancia primordial transporta grasas del intestino al torrente sanguíneo y defiende al organismo de bacterias y virus a través de los leucocitos, para eliminar y destruir sustancias tóxicas, y para oponerse a la difusión de enfermedades a través del cuerpo.


  • ·         Los dos se encargan de purificar los desechos del organismo.







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